Todos tenemos una primera vez en todo, ¿Suena raro no? Siendo seres que vivimos todos los días situaciones distintas y además estando sujetos a muchas probabilidades de consecuencias por una acción. Así que si, todos tenemos una primera vez. Bueno, pero no estamos acá para hablar de filosofías y teorías, realmente te quiero contar como fue mi primera vez en bote.
Soy de Colombia, un país donde muchas de las cosas y actividades que se hacen, para nosotros es un lujo y para quienes viven en otros países, puede ser parte de su cotidianidad o normalidad. Aquí, rentar un bote, cualquiera que sea (yate, catamarán, lancha deportiva, velero, etc) puede considerarse como una actividad exclusiva y costosa. Pues bien, como muchos, yo pensaba exactamente eso, teniendo en cuenta que soy una persona que además no me gusta gastar de manera exorbitante el dinero.
Viendo mi Instagram un día, se me pasó una publicación de Nauty, donde hablaban de parte de las experiencias que puedes tener en medio del mar, (Amo el mar, soy buzo y disfruto muchísimo nadar al lado de pecesitos y otras especies) entre esas experiencias decía que podías parar donde quisieras durante tu navegación ya que era como tu propio bote por un día entero y bueno, como siempre, uno de curioso queriendo ver precios y haciendo reservas sin tener un solo peso en el bolsillo, pues me sorprendí al ver que los precios no eran nada del otro mundo y que realmente si estaba muy a mi alcance, solo era organizarme un poco y ahorrar unos cuantos meses.
Me lo propuse, conseguí un pasaje en avión en promoción sin maleta de bodega (280.900 COP ida y vuelta) alquilé un Airbnb (45.000 COP cada noche) muy cerca del club náutico en Cartagena por tres días, hice un mercado suficiente para toda la cantidad de energía que iba a quemar (entre dulces, frutas, agua y sándwiches casi 80.000 COP), empaqué mis aletas y snorkel y me fui de paseo con Nauty (Reservé la lancha deportiva Black Jack que tiene capacidad para 10 personas, pero en esta ocasión fui sola, $1.350.000 y si van con varios se pueden dividir la cuenta) Esa lancha incluía snacks, botellas de agua y una cantidad de detallitos que ellos tuvieron en cuenta. Más o menos eso me gasté, mas cositas de taxis y demás.
Primero nos encontramos en el Club Náutico, me explicaron las medidas de seguridad, me indicaron el recorrido, me pusieron a seleccionar mi play list perfecta y arrancamos. En el trayecto visitamos distintas islas, me quise quedar por más tiempo en algunas para sumergirme y además aprovechar la perfección del clima (para los días que fui, en febrero, son épocas de mucho viento) afortunadamente para mí, no alcancé la hora de más vientos o marea agresiva.
Estuvimos en la parada obligatoria, en las islas del rosario, comimos un almuerzo típico espectacular, además de gozar un ratico el agua casi que transparente y tranquila del lugar. Después fuimos de regreso, paramos en medio del mar un rato a tomar algunas fotos, a contar historias con los capitanes y ya a eso de las 4 y 30 íbamos de regreso a la bahía, otro show que no se pueden perder. El ocaso del día en esa zona es hermoso, y con el cansancio, la felicidad y el corazón lleno de satisfacción, todo lo disfrutas más.
Así que bueno, mi primera vez en bote resultó siendo todo lo que esperé y además súper económico. Cada vez me sorprendo más de cómo podemos gozar de inolvidables experiencias sin que salga costoso.